Hoy sentado en la banca desde donde te espere la primera vez, he venido a caer en que lo único que compartíamos en común era un número, todo empezó lento pero intenso, nos vimos un día tras charlar más de 5 horas le dimos la bienvenida a la noche con un beso y sellamos nuestros caminos.
Es curioso estábamos en las mismas condiciones emocionales pero íbamos en direcciones contrarias, y lo inevitable era chocarnos, salpicaron nuestras penas y secretos, rozamos nuestras más profundos miedos y nos pusimos al descubierto como si fuera una subasta de garaje.
Solo en común un numero!!!, después de pasar 600 días juntos por cada rincón de esta gris ciudad, 1523 besos refugiados en banquetas, 56 revolcadas de pasión en cajones de cemento, 7 litros de lagrimas en hombros silenciosos, 2 nudillos fracturados de frustración, 12358 minutos de palabras inútiles pero llenas de emociones, al final un largo silencio con ecos de fría incomodidad, meses de idas y vueltas hasta q se llega a un punto muerto, vuelvo al punto de partida, a la banca polvorienta, lúgubre, como la tarde de lluvia que te espere y pensando en solo ese número que tenemos en común.
Tu ibas de entrada, yo de salida. Tu imitas, yo comprendo y mejoro. Tu eres sol que brilla, yo luna llena que ilumina. Para ti todo es blanco o negro, para mi son grises. Pero los dos tenemos el mismo inicio, tenemos el 28 y un cafe que nos espera para conversar.
